Lisboa y Oporto: la magia del Duero

“Nos gustó mucho el crucero, paisajes preciosos, la navegación muy serena, la comida bastante buena, las excursiones interesantes, una experiencia inolvidable. Saludos.”

Francisca H.

“El barco fue muy comodo y toda la tripulación muy amables. Me gustó que las comidas fueron servidos a la mesa (aparte del desayuno). La comida fue adecuada, pero sencilla, esperaba mejor en un barco de una compañia francesa. Las excursiones fueron muy informativos y había la posibilidad de apuntarnos al grupo de habla inglesa que estuvo mejor para mi compañera de viaje. Algunas noches habia entretenimiento en el salon bar, pero sin obligacion de participar si uno quería simplemente sentar y disfutar de la compañia. Tuvimos la mala suerte de escoger una semana con muchisimo calor así que no volvería en estas mismas fechas pero quizas en mayo/junio o Septiembre/octubre.”

Jane B.

“Todo el proceso de reserva ha sido muy satisfactorio, se anuló el viaje previsto para el 31 de marzo 2020 debido a la pandemia, pero, en todo momento hemos estado muy bien informados, se nos ofrecieron otras alternativas que gustosamente aceptamos y todas nuestras peticiones han sido debidamente gestionadas, el crucero ha sido maravilloso y agradecemos tan buena atención a mi crucero fluvial.”

Santiago R. F.

“La agencia ha estado en todo momento accesible y atenta en la organización de nuestro crucero, muy buena experiencia.”

Rafael Urrea

“Un viaje muy relajante. El personal de a bordo muy atento y agradable.”

M.A. Mateu Oliver

“Hola Maite. Estoy muy contento con la forma cómo se organizó el viaje, es decir las reservas para el barco, el hotel y el tren de vuelta. En el barco estaban pendientes de nosotros, que fuimos de los pocos que nos alojamos en Regua en esa ocasión. Nos explicaron donde recoger los billetes y nos recordaron la hora de salida. También el crucero en si, una maravilla, y el hotel muy limpio y agradable. Único punto bastante mejorable, el desayuno a bordo del barco, y los postres en la comida. Nos pusieron bollería industrial y una tarta de lo más cutre. Una pena. Ah, y también sería fantástico que pusieran tumbonas en cubierta, como hemos visto en casi todos los demás cruceros con los que nos cruzamos. O por lo menos que hubiera suficientes sillas para todos los pasajeros (los no tan espabilados nos quedamos de pie durante mucho rato). Por lo demás, una experiencia muy buena. Gracias por la buena asistencia desde el principio. Un saludo,”

Philip A.

“Tendrían que mejorar el Brunch del último día del crucero de fin de año por el Duero que es bastante mediocre.”

Fco. Javier Lomba

“Un viaje muy agradable, una experiencia a repetir.”

Carme Obiols Carbo