Crucero por la Camarga desde Bellegarde

Antes de comenzar su crucero en su barco de alquiler, asegúrese de visitar Bellegarde, una de las escalas vitivinícolas del canal Rhône-Sète. Cultivada desde los griegos y los romanos, la vid se beneficia aquí de un clima favorable gracias al mistral ya los suelos pedregosos. Su vino blanco, Clairette de Bellegarde, es una de las denominaciones más antiguas del Languedoc. También por descubrir: el molino de aceite, el acueducto romano de Bellegarde, la torre de la Virgen (siglo XII) y la capilla de Broussan.

Saint-Gilles debe su fama a la peregrinación que se desarrolló a partir del siglo XI en torno al culto de Gilles. La ciudad se convierte así en el cuarto lugar de peregrinaje del mundo cristiano tras Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela. Hoy en día, su magnífica abadía, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, merece una visita, al igual que el Museo de la casa románica.

Los rebaños son inseparables de la Camarga y de la Petite Camargue. En Franquevaux, descubra estas manadas libres de toros y caballos, conozca a un ganadero y aprenda más sobre el trabajo y la pasión del ganadero y sus pastores.

Aquí está en el corazón de Gard Camargue, al pie de los Costières y sus viñedos. Deje su barco sin licencia en el puerto para explorar la auténtica Petite Camargue y la reserva natural de Scamandre. Pasea por los caminos sobre pilotes en el corazón de las marismas.

¿Qué mejor manera de empezar a descubrir Aigues-Mortes que atracar con su barcaza en el puerto fluvial, a la sombra de sus majestuosas murallas del siglo XIII? Ciudad medieval fortificada entre la tierra y el mar, rodeada de lagunas y marismas, Aigues-Mortes no carece de encanto. Descubra sus impresionantes murallas, que forman un cuadrilátero de 1640 metros flanqueado por cinco torres, incluida la famosa Torre de Constanza, y diez puertas que conservan un rico patrimonio religioso. Pruebe la dulzura de la vida en Aigues-mortaise mientras bebe una copa de vino de arena en la terraza o prueba las especialidades locales, como la fougasse. En cuanto a la naturaleza, maravíllate con las aguas rosadas del Salin d'Aigues-Mortes.

Antes de comenzar su crucero en su barco de alquiler, asegúrese de visitar Bellegarde, una de las escalas vitivinícolas del canal Rhône-Sète. Cultivada desde los griegos y los romanos, la vid se beneficia aquí de un clima favorable gracias al mistral ya los suelos pedregosos. Su vino blanco, Clairette de Bellegarde, es una de las denominaciones más antiguas del Languedoc. También por descubrir: el molino de aceite, el acueducto romano de Bellegarde, la torre de la Virgen (siglo XII) y la capilla de Broussan.

Saint-Gilles debe su fama a la peregrinación que se desarrolló a partir del siglo XI en torno al culto de Gilles. La ciudad se convierte así en el cuarto lugar de peregrinaje del mundo cristiano tras Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela. Hoy en día, su magnífica abadía, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, merece una visita, al igual que el Museo de la casa románica.

Los rebaños son inseparables de la Camarga y de la Petite Camargue. En Franquevaux, descubra estas manadas libres de toros y caballos, conozca a un ganadero y aprenda más sobre el trabajo y la pasión del ganadero y sus pastores.

Aquí está en el corazón de Gard Camargue, al pie de los Costières y sus viñedos. Deje su barco sin licencia en el puerto para explorar la auténtica Petite Camargue y la reserva natural de Scamandre. Pasea por los caminos sobre pilotes en el corazón de las marismas.

¿Qué mejor manera de empezar a descubrir Aigues-Mortes que atracar con su barcaza en el puerto fluvial, a la sombra de sus majestuosas murallas del siglo XIII? Ciudad medieval fortificada entre la tierra y el mar, rodeada de lagunas y marismas, Aigues-Mortes no carece de encanto. Descubra sus impresionantes murallas, que forman un cuadrilátero de 1640 metros flanqueado por cinco torres, incluida la famosa Torre de Constanza, y diez puertas que conservan un rico patrimonio religioso. Pruebe la dulzura de la vida en Aigues-mortaise mientras bebe una copa de vino de arena en la terraza o prueba las especialidades locales, como la fougasse. En cuanto a la naturaleza, maravíllate con las aguas rosadas del Salin d'Aigues-Mortes.

Rodeado de agua, entre el mar Mediterráneo y estanques salvajes, el pueblo pesquero de Palavas-les-Flots no ha perdido nada de su encanto de antaño. Basta observar el regreso de los barcos de pesca por la mañana y la descarga de pescado en el canal para convencerse de ello. No deje de asistir a un torneo de las famosas justas de Languedoc. También vale la pena ver: el humorístico museo Albert Dubout, el museo del tren de vapor, el casino...

Tu crucero ha terminado. Puede dar la vuelta para volver a su punto de partida, Bellegarde.

Antes de comenzar su crucero en su barco de alquiler, asegúrese de visitar Bellegarde, una de las escalas vitivinícolas del canal Rhône-Sète. Cultivada desde los griegos y los romanos, la vid se beneficia aquí de un clima favorable gracias al mistral ya los suelos pedregosos. Su vino blanco, Clairette de Bellegarde, es una de las denominaciones más antiguas del Languedoc. También por descubrir: el molino de aceite, el acueducto romano de Bellegarde, la torre de la Virgen (siglo XII) y la capilla de Broussan.

Saint-Gilles debe su fama a la peregrinación que se desarrolló a partir del siglo XI en torno al culto de Gilles. La ciudad se convierte así en el cuarto lugar de peregrinaje del mundo cristiano tras Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela. Hoy en día, su magnífica abadía, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, merece una visita, al igual que el Museo de la casa románica.

Los rebaños son inseparables de la Camarga y de la Petite Camargue. En Franquevaux, descubra estas manadas libres de toros y caballos, conozca a un ganadero y aprenda más sobre el trabajo y la pasión del ganadero y sus pastores.

Aquí está en el corazón de Gard Camargue, al pie de los Costières y sus viñedos. Deje su barco sin licencia en el puerto para explorar la auténtica Petite Camargue y la reserva natural de Scamandre. Pasea por los caminos sobre pilotes en el corazón de las marismas.

¿Qué mejor manera de empezar a descubrir Aigues-Mortes que atracar con su barcaza en el puerto fluvial, a la sombra de sus majestuosas murallas del siglo XIII? Ciudad medieval fortificada entre la tierra y el mar, rodeada de lagunas y marismas, Aigues-Mortes no carece de encanto. Descubra sus impresionantes murallas, que forman un cuadrilátero de 1640 metros flanqueado por cinco torres, incluida la famosa Torre de Constanza, y diez puertas que conservan un rico patrimonio religioso. Pruebe la dulzura de la vida en Aigues-mortaise mientras bebe una copa de vino de arena en la terraza o prueba las especialidades locales, como la fougasse. En cuanto a la naturaleza, maravíllate con las aguas rosadas del Salin d'Aigues-Mortes.

Rodeado de agua, entre el mar Mediterráneo y estanques salvajes, el pueblo pesquero de Palavas-les-Flots no ha perdido nada de su encanto de antaño. Basta observar el regreso de los barcos de pesca por la mañana y la descarga de pescado en el canal para convencerse de ello. No deje de asistir a un torneo de las famosas justas de Languedoc. También vale la pena ver: el humorístico museo Albert Dubout, el museo del tren de vapor, el casino...

Villeneuve-lès-Maguelone tiene una playa de nueve kilómetros de largo que se conserva y no ha sido tocada por ninguna construcción. Se puede llegar a pie a través de un puente peatonal que cruza el Canal du Rhône à Sète, o tomando un pequeño tren turístico gratuito. Cerca de las playas de arena, la isla de Maguelone y la catedral forman un sitio imperdible. Monumento histórico de estilo románico, la Catedral fue sede del obispado durante mil años. Se encuentra en el corazón de una isla de verdor, en un parque, rodeado de viñedos, entre el mar y el estanque.

Enclavada en el hueco de las vides, matorrales y bosques del macizo de Gardiole, estanques y su laguna protegida, Frontignan vive entre la tierra y el mar. Hermosos paseos te esperan, en los viñedos. donde nace Muscat, para descubrir las antiguas marismas, o incluso bajo el encanto de las callejuelas de su corazón de pueblo. Del lado del mar, siete kilómetros de playas ininterrumpidas están a su disposición.

En Sète, el Canal du Rhône à Sète se une a las aguas del Etang de Thau. Situada a los pies del Mont Saint-Clair y conectada al terreno por dos franjas de arena, la ciudad seduce con sus típicos barrios atravesados ​​por canales, donde se reflejan las coloridas fachadas de los edificios. Desde el Etang de Thau hasta el gran azul, pescadores, marineros y criadores de ostras mantienen viva esta ciudad marítima. Desde las alturas del Quartier Haut hasta la Pointe Courte con sus casitas apretadas pasando por los muelles, descubra la Sète de ayer y de hoy: Citadelle Richelieu, Museo Internacional de Artes Modestas, Espace Georges-Brassens, justas náuticas en el canal real ... Y aprovecha también para ampliar tu vocabulario culinario, degustando en las terrazas de los restaurantes algunas de las especialidades locales: tielle, macaronadE.

La ciudad más antigua de la cuenca de Thau, Mèze, sucesivamente ibérica, fenicia, griega y romana, Mèze se construyó alrededor de su puerto. No dejes de degustar ostras en sus restaurantes al borde del agua: su puerto marisquero, Le Mourre Blanc, es el primero del Mediterráneo. Explore la ciudad a pie para descubrir su bullicioso mercado, la arquitectura tradicional de las casas de sus viticultores, su capilla de los Penitentes y el castillo de Girard. Sus playas al borde del estanque le ofrecen la posibilidad de nadar en aguas más cálidas y menos profundas que en el mar, ¡con la ventaja añadida de una vista despejada de Se`te y Mont Saint-Clair! En familia, descubra también el parque Dinosaures, el museo más grande de Europa dedicado a los dinosaurios.

Su alquiler de barcos en la Camarga está llegando a su fin. Puede dar la vuelta para volver a su punto de partida, Bellegarde.

Antes de comenzar su crucero en su barco de alquiler, asegúrese de visitar Bellegarde, una de las escalas vitivinícolas del canal Rhône-Sète. Cultivada desde los griegos y los romanos, la vid se beneficia aquí de un clima favorable gracias al mistral ya los suelos pedregosos. Su vino blanco, Clairette de Bellegarde, es una de las denominaciones más antiguas del Languedoc. También por descubrir: el molino de aceite, el acueducto romano de Bellegarde, la torre de la Virgen (siglo XII) y la capilla de Broussan.

Saint-Gilles debe su fama a la peregrinación que se desarrolló a partir del siglo XI en torno al culto de Gilles. La ciudad se convierte así en el cuarto lugar de peregrinaje del mundo cristiano tras Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela. Hoy en día, su magnífica abadía, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, merece una visita, al igual que el Museo de la casa románica.

Los rebaños son inseparables de la Camarga y de la Petite Camargue. En Franquevaux, descubra estas manadas libres de toros y caballos, conozca a un ganadero y aprenda más sobre el trabajo y la pasión del ganadero y sus pastores.

Aquí está en el corazón de Gard Camargue, al pie de los Costières y sus viñedos. Deje su barco sin licencia en el puerto para explorar la auténtica Petite Camargue y la reserva natural de Scamandre. Pasea por los caminos sobre pilotes en el corazón de las marismas.

Ciudad medieval fortificada entre la tierra y el mar, rodeada de lagunas y marismas, Aigues-Mortes no carece de encanto. Descubra sus impresionantes murallas, que forman un cuadrilátero de 1640 metros flanqueado por cinco torres, incluida la famosa Torre de Constanza, y diez puertas que conservan un rico patrimonio religioso. Pruebe la dulzura de la vida en Aigues-mortaise mientras bebe una copa de vino de arena en la terraza o prueba las especialidades locales, como la fougasse. En cuanto a la naturaleza, maravíllate con las aguas rosadas del Salin d'Aigues-Mortes.

Le Grau-du-Roi se encuentra a tan solo 6 km de nuestro puerto fluvial de Aigues Mortes. El acceso al canal no está permitido con su barco de alquiler, pero puede llegar a la ciudad en bicicleta a lo largo del canal. En primer lugar, la gente viene a Le Grau-du-Roi por su playa Espiguette. Con sus dunas que pueden llegar a los doce metros y sus 10 km de arena sin construir, parece el fin del mundo. Totalmente orientada hacia el mar, esta ciudad costera también ofrece muchas actividades para descubrir en familia: visita del puerto y del antiguo faro, actividades náuticas, Seaquarium, Museo Marítimo, Palais de la mer, Les Salins du Midi...

Con sus dunas con vegetación preservada, su fauna y flora típicas de la costa de Languedoc, las playas de Carnon ofrecen un marco natural único para disfrutar del baño durante sus vacaciones en barco.

Rodeado de agua, entre el mar Mediterráneo y estanques salvajes, el pueblo pesquero de Palavas-les-Flots no ha perdido nada de su encanto de antaño. Basta observar el regreso de los barcos de pesca por la mañana y la descarga de pescado en el canal para convencerse de ello. No deje de asistir a un torneo de las famosas justas de Languedoc. También vale la pena ver: el humorístico museo Albert Dubout, el museo del tren de vapor, el casino...

Villeneuve-lès-Maguelone tiene una playa de nueve kilómetros de largo que se conserva y no ha sido tocada por ninguna construcción. Se puede llegar a pie a través de un puente peatonal que cruza el Canal du Rhône à Sète, o tomando un pequeño tren turístico gratuito. Cerca de las playas de arena, la isla de Maguelone y la catedral forman un sitio imperdible. Monumento histórico de estilo románico, la Catedral fue sede del obispado durante mil años. Se encuentra en el corazón de una isla de verdor, en un parque, rodeado de viñedos, entre el mar y el estanque.

Enclavada en el hueco de las vides, matorrales y bosques del macizo de Gardiole, estanques y su laguna protegida, Frontignan vive entre la tierra y el mar. Hermosos paseos te esperan, en los viñedos. donde nace Muscat, para descubrir las antiguas marismas, o incluso bajo el encanto de las callejuelas de su corazón de pueblo. Del lado del mar, siete kilómetros de playas ininterrumpidas están a su disposición.

En Sète, el Canal du Rhône à Sète se une a las aguas del Etang de Thau. Situada a los pies del Mont Saint-Clair y conectada al terreno por dos franjas de arena, la ciudad seduce con sus típicos barrios atravesados ​​por canales, donde se reflejan las coloridas fachadas de los edificios. Desde el Etang de Thau hasta el gran azul, pescadores, marineros y criadores de ostras mantienen viva esta ciudad marítima. Desde las alturas del Quartier Haut hasta la Pointe Courte con sus casitas apretadas pasando por los muelles, descubra la Sète de ayer y de hoy: Citadelle Richelieu, Museo Internacional de Artes Modestas, Espace Georges-Brassens, justas náuticas en el canal real ... Y aprovecha también para ampliar tu vocabulario culinario, degustando en las terrazas de los restaurantes algunas de las especialidades locales: tielle, macaronade.

Capital de la ostra de Bouzigues cultivada en toda la cuenca de Thau y lugar catalogado, este pequeño pueblo de pescadores típicamente mediterráneo ha conservado su encanto de antaño. Tome asiento en el restaurante de un pequeño productor para una degustación de mariscos, acompañados de vinos locales, como el famoso Picpoul. Para obtener más información sobre la actividad de cultivo de mariscos en Bouziques, visite el Musée de l'Etang de Thau o realice un viaje en barco para descubrir los criaderos de ostras.

La ciudad más antigua de la cuenca de Thau, sucesivamente ibérica, fenicia, griega y romana, Mèze se construyó alrededor de su puerto. No dejes de degustar ostras en sus restaurantes al borde del agua: su puerto marisquero, Le Mourre Blanc, es el primero del Mediterráneo. Explore la ciudad a pie para descubrir su bullicioso mercado, la arquitectura tradicional de las casas de sus viticultores, su Capilla de los Penitentes y el Castillo de Girard. Sus playas al borde del estanque le ofrecen la posibilidad de nadar en aguas más cálidas y menos profundas que en el mar, ¡con la ventaja añadida de una vista despejada de Se`te y Mont Saint-Clair! En familia, descubra también el parque Dinosaures, el museo más grande de Europa dedicado a los dinosaurios.

Con sus casas de viticultores, sus enormes bodegas y sus residencias de comerciantes, Marseillan conserva el recuerdo de una época próspera en la que su puerto era el importante punto de partida para la exportación de vinos y licores a todo el mundo. Sumérgete en la cultura marsellesa disfrutando de una visita guiada por las bodegas seguida de una degustación del famoso Noilly Prat, un famoso vermut. Las lanzaderas también le permiten llegar fácilmente a la playa.

En Agde, puede descubrir una sola esclusa a bordo de su barco sin licencia. Única esclusa redonda del Canal du Midi pero también del mundo en el momento de su construcción, esta obra actúa como una rotonda con sus tres salidas: una que conduce a Toulouse, la otra a la ciudad de Agde y al mar. , y el tercero hacia el Etang de Thau. Aprovecha tu estancia cerca de Agde para visitar esta antigua ciudad volcánica griega, apodada por Marco Polo “la perla negra del Mediterráneo”. Desde Agde, también puede llegar a las playas de Cap d'Agde (4 km).

Vias tiene el encanto de los típicos pueblos mediterráneos con su forma circular, sus fachadas coloridas y sus pintorescas callejuelas que albergan un rico patrimonio arquitectónico: murallas, iglesia de San Juan Bautista, residencia de los obispos de Agde. .. En familia, podéis ir a la estación balnearia de Vias-Plage o terminar el día con unas vueltas de tiovivos o montañas rusas en Europark, el recinto ferial fijo más grande de Francia con sus 80 atracciones instaladas en el borde del Canal du Midi.

En Port Cassafières y Portiragnes, navegas en medio de humedales. Mientras camina por el sendero de descubrimiento o desde la cubierta de su bote, mantenga los ojos abiertos: verá muchas variedades de aves migratorias, como flamencos y garzas reales. En este ambiente que recuerda a la Camarga, también hay rebaños de caballos y toros camargueses. Para explorar los alrededores a caballo, deténgase a lo largo del Canal du Midi en el Ranch les Gaillardels. Escalada de árboles, barranquismo: los amantes de las emociones fuertes pueden desahogarse en Azimut Aventures, accesible a pie desde Port Cassafières. Para recuperarse de todas estas emociones, también puede nadar en el Mediterráneo en Portiragnes-Plages (4 km).

Con su barco de alquiler, cruzará el curso del Orb en el puente del canal de Béziers, ofreciendo una vista impresionante de la ciudad y su majestuosa Catedral de Saint-Nazaire. ¡Pare para descubrir toda la riqueza del patrimonio arquitectónico de Béziers, la segunda área protegida más grande de Francia (después de París) con sus restos y edificios romanos, medievales y Haussmann!

Vive la experiencia única de atravesar las 9 esclusas de Fonseranes con tu barcaza, destreza técnica y obra maestra artística. Esta espectacular escalera de agua, una obra importante y única en el Canal du Midi en Francia, es el tercer sitio más visitado de Languedoc-Roussillon, después del Pont du Gard y la Cité de Carcassonne. Durante el verano, también puede aprovechar la oportunidad para hacer una escala y llegar a Béziers en el pequeño tren turístico.

Situada a lo largo de la antigua calzada romana Via Domitia, Colombiers se encuentra en el corazón de los viñedos de Languedoc. Haz una pausa con tu barcaza en su encantador puerto semicircular a orillas del Canal du Midi para descubrir la bodega del castillo, con una estructura inspirada en el carenado de un barco invertido y símbolo de la prosperidad vinícola del Languedoc en el siglo 19. siglo.

El canal-túnel de Malpas (170 m de largo) fue el primer túnel del mundo excavado para un canal! Pasa bajo la colina de Ensérune, donde se puede descubrir una antigua ciudad gala entre las más importantes del Sur y también uno de los sitios arqueológicos más grandes de Francia: "el Oppidum de Ensérune". Desde lo alto de la colina de Ensérune, también disfrutará de una vista panorámica de 360 ​​grados entre las Cévennes y los Pirineos, sobre la llanura de Languedoc hasta la costa, y sobre el inusual “sol verde”, el antiguo estanque de Montady, hoy seco a la asombrosa forma geométrica.

En Argeliers, amarre su barco para explorar este encantador pueblo y su castillo del siglo XVII, catalogado como monumento histórico.

El Hameau du Somail es uno de los pueblos más bellos atravesados ​​por el Canal du Midi. Amarre su barco cerca del puente de piedra y descubra su casa de hielo que data de 1684, sus pequeñas tiendas y su ambiente pintoresco. No se puede perder: ¡la impresionante librería de segunda mano “Le Trouve-tout du livre” y sus 50.000 libros a la venta!

Su crucero de ida llega a su fin. Puede devolver su barco a la base de Nicols du Somail.

Antes de iniciar su crucero en su barco de alquiler, asegúrese de visitar Bellegarde, una de las escalas vitivinícolas del canal Rhône-Sète. Cultivada desde los griegos y los romanos, la vid se beneficia aquí de un clima favorable gracias al mistral ya los suelos pedregosos. Su vino blanco, Clairette de Bellegarde, es una de las denominaciones más antiguas del Languedoc. También por descubrir: el molino de aceite, el acueducto romano de Bellegarde, la torre de la Virgen (siglo XII) y la capilla de Broussan.

Saint-Gilles debe su fama a la peregrinación que se desarrolló a partir del siglo XI en torno al culto de Gilles. La ciudad se convierte así en el cuarto lugar de peregrinaje del mundo cristiano tras Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela. Hoy en día, su magnífica abadía, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, merece una visita, al igual que el Museo de la casa románica.

Los rebaños son inseparables de la Camarga y de la Petite Camargue. En Franquevaux, descubra estas manadas libres de toros y caballos, conozca a un ganadero y aprenda más sobre el trabajo y la pasión del ganadero y sus pastores.

Aquí está en el corazón de Gard Camargue, al pie de los Costières y sus viñedos. Deje su barco sin licencia en el puerto para explorar la auténtica Petite Camargue y la reserva natural de Scamandre. Pasea por los caminos sobre pilotes en el corazón de las marismas.

Ciudad medieval fortificada entre la tierra y el mar, rodeada de lagunas y marismas, Aigues-Mortes no carece de encanto. Descubra sus impresionantes murallas, que forman un cuadrilátero de 1640 metros flanqueado por cinco torres, incluida la famosa Torre de Constanza, y diez puertas que conservan un rico patrimonio religioso. Pruebe la dulzura de la vida en Aigues-mortaise mientras bebe una copa de vino de arena en la terraza o prueba las especialidades locales, como la fougasse. En cuanto a la naturaleza, maravíllate con las aguas rosadas del Salin d'Aigues-Mortes.

Le Grau-du-Roi se encuentra a tan solo 6 km de nuestro puerto fluvial de Aigues Mortes. El acceso al canal no está permitido con su barco de alquiler, pero puede llegar a la ciudad en bicicleta a lo largo del canal. En primer lugar, la gente viene a Le Grau-du-Roi por su playa Espiguette. Con sus dunas que pueden llegar a los doce metros y sus 10 km de arena sin construir, parece el fin del mundo. Totalmente orientada hacia el mar, esta ciudad costera también ofrece muchas actividades para descubrir en familia: visita del puerto y del antiguo faro, actividades náuticas, Seaquarium, Museo Marítimo, Palais de la mer, Les Salins du Midi...

Con sus dunas con vegetación preservada, su fauna y flora típicas de la costa de Languedoc, las playas de Carnon ofrecen un marco natural único para disfrutar del baño durante sus vacaciones en barco.

Rodeado de agua, entre el mar Mediterráneo y estanques salvajes, el pueblo pesquero de Palavas-les-Flots no ha perdido nada de su encanto de antaño. Basta observar el regreso de los barcos de pesca por la mañana y la descarga de pescado en el canal para convencerse de ello. No deje de asistir a un torneo de las famosas justas de Languedoc. También vale la pena ver: el humorístico museo Albert Dubout, el museo del tren de vapor, el casino...

Villeneuve-lès-Maguelone tiene una playa de nueve kilómetros de largo que se conserva y no ha sido tocada por ninguna construcción. Se puede llegar a pie a través de un puente peatonal que cruza el Canal du Rhône à Sète, o tomando un pequeño tren turístico gratuito. Cerca de las playas de arena, la isla de Maguelone y la catedral forman un sitio imperdible. Monumento histórico de estilo románico, la Catedral fue sede del obispado durante mil años. Se encuentra en el corazón de una isla de verdor, en un parque, rodeado de viñedos, entre el mar y el lago.

Enclavada en el hueco de las vides, matorrales y bosques del macizo de Gardiole, estanques y su laguna protegida, Frontignan vive entre la tierra y el mar. Hermosos paseos te esperan, en los viñedos. donde nace Muscat, para descubrir las antiguas marismas, o incluso bajo el encanto de las callejuelas de su corazón de pueblo. Del lado del mar, siete kilómetros de playas ininterrumpidas están a su disposición.

En Sète, el Canal du Rhône à Sète se une a las aguas del Etang de Thau. Situada a los pies del Mont Saint-Clair y conectada al terreno por dos franjas de arena, la ciudad seduce con sus típicos barrios atravesados ​​por canales, donde se reflejan las coloridas fachadas de los edificios. Desde el Etang de Thau hasta el gran azul, pescadores, marineros y criadores de ostras mantienen viva esta ciudad marítima. Desde las alturas del Quartier Haut hasta la Pointe Courte con sus casitas apretadas pasando por los muelles, descubra la Sète de ayer y de hoy: Citadelle Richelieu, Museo Internacional de Artes Modestas, Espace Georges-Brassens, justas náuticas en el canal real ... Y aprovecha también para ampliar tu vocabulario culinario, degustando en las terrazas de los restaurantes algunas de las especialidades locales: tielle, macaronade,

Capital de la ostra de Bouzigues cultivada en toda la cuenca de Thau y lugar catalogado, este pequeño pueblo de pescadores típicamente mediterráneo ha conservado su encanto de antaño. Tome asiento en el restaurante de un pequeño productor para una degustación de mariscos, acompañados de vinos locales, como el famoso Picpoul. Para obtener más información sobre la actividad de cultivo de mariscos en Bouziques, visite el Musée de l'Etang de Thau o realice un viaje en barco para descubrir los criaderos de ostras.

La ciudad más antigua de la cuenca de Thau, sucesivamente ibérica, fenicia, griega y romana, Mèze se construyó alrededor de su puerto. No dejes de degustar ostras en sus restaurantes al borde del agua: su puerto marisquero, Le Mourre Blanc, es el primero del Mediterráneo. Explore la ciudad a pie para descubrir su bullicioso mercado, la arquitectura tradicional de las casas de sus viticultores, su Capilla de los Penitentes y el Castillo de Girard. Sus playas al borde del estanque le ofrecen la posibilidad de nadar en aguas más cálidas y menos profundas que en el mar, ¡con la ventaja añadida de una vista despejada de Se`te y Mont Saint-Clair! En familia, descubra también el parque Dinosaures, el museo más grande de Europa dedicado a los dinosaurios.

Con sus casas de viticultores, sus enormes bodegas y sus residencias de comerciantes, Marseillan conserva el recuerdo de una época próspera en la que su puerto era el importante punto de partida para la exportación de vinos y licores a todo el mundo. Sumérgete en la cultura marsellesa disfrutando de una visita guiada por las bodegas seguida de una degustación del famoso Noilly Prat, un famoso vermut. Las lanzaderas también le permiten llegar fácilmente a la playa.

En Agde, puede descubrir una sola esclusa a bordo de su barco sin licencia. Única esclusa redonda del Canal du Midi pero también del mundo en el momento de su construcción, esta obra actúa como una rotonda con sus tres salidas: una que conduce a Toulouse, la otra a la ciudad de Agde y al mar. , y el tercero hacia el Etang de Thau. Aprovecha tu estancia cerca de Agde para visitar esta antigua ciudad volcánica griega, apodada por Marco Polo “la perla negra del Mediterráneo”. Desde Agde, también puede llegar a las playas de Cap d'Agde (4 km).

Vias tiene el encanto de los típicos pueblos mediterráneos con su forma circular, sus fachadas coloridas y sus pintorescas callejuelas que albergan un rico patrimonio arquitectónico: murallas, iglesia de San Juan Bautista, residencia de los obispos de Agde. .. En familia, podéis ir a la estación balnearia de Vias-Plage o terminar el día con unas vueltas de tiovivos o montañas rusas en Europark, el recinto ferial fijo más grande de Francia con sus 80 atracciones instaladas en el borde del Canal du Midi.

En Port Cassafières y Portiragnes, navegas en medio de humedales. Mientras camina por el sendero de descubrimiento o desde la cubierta de su bote, mantenga los ojos abiertos: verá muchas variedades de aves migratorias, como flamencos y garzas reales. En este ambiente que recuerda a la Camarga, también hay rebaños de caballos y toros camargueses. Para explorar los alrededores a caballo, deténgase a lo largo del Canal du Midi en el Ranch les Gaillardels. Escalada de árboles, barranquismo: los amantes de las emociones fuertes pueden desahogarse en Azimut Aventures, accesible a pie desde Port Cassafières. Para recuperarse de todas estas emociones, también puede nadar en el Mediterráneo en Portiragnes-Plages (4 km).

Con su barco de alquiler, cruzará el curso del Orb en el puente del canal de Béziers, ofreciendo una vista impresionante de la ciudad y su majestuosa Catedral de Saint-Nazaire. ¡Pare para descubrir toda la riqueza del patrimonio arquitectónico de Béziers, la segunda área protegida más grande de Francia (después de París) con sus restos y edificios romanos, medievales y Haussmann!

Su crucero de ida llega a su fin. Puede devolver su barco a la base Bellegarde.